Un palacete que se reconvierte
a oficinas, en el cruce de la Diagonal con la
Rambla de Catalunya.
La nueva fachada metálica servirá
de telón de fondo a la vieja edificación
cuyas ventanas se
leen como un único gran hueco al que se
opondrán las franjas del resto de ventanas, planta a planta.
Incluido en la Guía de
Patrimonio de Barcelona.
En este proyecto el estudio de arquitectura eligió una solución PALU-100.