La casa, proyectada
para la propia familia del arquitecto, aprovecha al máximo la normativa.
Las partes bajas de la casa se forran
en acero corten oxidado, pavimentando las terrazas de ese nivel con cuarcita
también oxidada, para enmascararlas en el terreno y leer la casa como ese único
volumen blanco, que sale y se asoma al paisaje, entre los pinos.
El
material elegido en este caso por el estudio de arquitectura fue la celosía CL 35 x 35.